No había auditorías de difusión y
ventas, pero la pelea por los lectores era salvaje y las agarradas a cuenta de
qué diario tenía mayor tirada, tremebundas. Ninguno de los grandes estaba
dispuesto a claudicar. El Imparcial
proclamaba en su cabecera, en lugar bien visible, ser «el periódico de mayor
circulación de España»…
…exactamente al mismo tiempo que El Liberal se arrogaba ese puesto.
El pasado miércoles, en lo más duro de la cuesta de enero de la historia y de las ojotadés, un periódico decidió colocar en su cabecera una leyenda jactanciosa: «El 2º periódico en Madrid». Podría haber añadido, a renglón seguido, que Madrid es España y lo demás, tierra conquistada.
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