Jorge Semprún transcribía, en uno
de los informes que remitió desde España, en 1954, a la dirección del Partido
Comunista en el exilio, un chiste que le habían contado:
«Se
acerca un señor por la tarde a comprar un periódico al quiosco y se entabla el siguiente
diálogo con el vendedor:
–¿Me
da España?
–Vendida.
–¿Pueblo?
–Agotado…
–¿Informaciones?
–Vaya
a la embajada americana».
[La
cita está tomada de la muy inefable biografía de Semprún que ha publicado
recientemente Soledad Fox Maura en Debate]
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