“Y así se explica que tarde sea el nombre de los miedos
infantiles, las humedades nocturnas de los periodistas. Al fin y al cabo eso es
lo que deben ser, ¿no? Expertos en ritmos, el esqueleto del tiempo”.
Pedro Sorela
“Hubo una revista muy graciosa,
fundada por Llanos y Alcaraz, que salió en 1869, titulada ¡A la Una! Pero según iban saliendo números tomaban sucesivamente
diversos títulos horarios: ¡A las Dos! ¡A
las Dos y cuarto! ¡A las Dos y media!, ¡¡¡A las Tres menos un minuto!!!, ¡A las
Tres menos cincuenta segundos!, ¡A las Tres menos cuarenta segundos!, ¡¡A las
Tres menos treinta segundos!!”.
Antonio Espina
El
cuarto poder. Cien años de periodismo español
“Cuando yo escribía en El
Reloj de Oro, un periódico industrial que nos pagaba los artículos en
relojes, yo cambiaba de reloj con una frecuencia suntuosa. Me ponía de acuerdo
con un amigo para que me preguntase la hora en plena tertulia, y entre la
admiración de los concurrentes, sacaba un reloj inédito con gran prosopopeya.
Luego me iba a empeñarlo, y al salir de casa del prestamista, me decía: Time is money”.
Julio Camba
“Me he comprado un reloj”
El
Mundo, 6 de enero de
1911
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