El hombre que empuja esforzadamente por los escalones de un puente un carro con la mercancía que despachará un bar, la embarcación que descarga las toallas inmaculadas y perfectamente planchadas antes de recoger los fardos embarullados de las que los huéspedes del hotel han utilizado, la lancha de los bomberos que atraviesa con urgencia el Gran Canal o la que porta un enorme mueble ropero con prudente parsimonia son rastros de la vida cotidiana en Venecia. Pero la imaginación romántica prefiere entretenerse haciendo conjeturas sobre la vida de quien habita esa habitación de Campo San Angelo y mantiene la luz encendida hasta altas horas de la madrugada. Y la misma imaginación no se acobarda a la hora de dar el vertiginoso salto de colocarse en el lugar del joven que vive en aquella sala de grandes ventanales que se asoman a Campo Santo Stefano.
≈≈≈≈≈
Anywhere out of the world. Venecia, out of the world and out of the time, es la aspiración que el spleen creía inalcanzable.
0 comentarios:
Publicar un comentario