“En esta te hablaré de cierta nación
que llaman los nouvellistes, los
cuales se juntan en un magnífico jardín donde siempre halla ocupación su
ociosidad. Estos son los miembros más inútiles del estado, y cincuenta años de
sus habladurías han producido el mismo efecto que hubiera resultado de
cincuenta de silencio; y no obstante se creen sujetos de importancia porque
discurren sobre magníficos proyectos y ventilan los mayores intereses.
Es el fundamento de sus conversaciones
una frívola y risible curiosidad; no hay tan secreto gabinete que no presuman
penetrarle; no pueden creer que ignoran cosa ninguna; saben cuantas mujeres
tiene nuestro magnífico sultán, cuantos chiquillos les hace cada año; y sin
gastar nada en espías, están al cabo de las medidas que toma para ajar la
soberbia de los emperadores de la Hurquía y el Gran-Mogol.
No bien han concluido con lo presente
cuando se lanzan en el tiempo venidero, y tomando la delantera a la Providencia
se sustituyen a ella en todas las acciones humanas. Cogen de la mano a un
general alabándole por mil disparates que no ha hecho, le prescriben otros mil
que no hará tampoco. Lo mismo hacen volar los ejércitos que grullas, y derriban
murallas como pedazos de cartón; y tienden puentes en todos los ríos, sendas
ocultas en todos los montes y almacenes inmensos en desiertos arenales; lo que
no tienen es sentido común”.
Montesquieu
“Carta CXXX”
Cartas
persas
0 comentarios:
Publicar un comentario