“Mucho se ha hablado, escrito e
inclusive se han hecho muchas películas, sobre lo maravilloso y arriesgado que
es ser reportero. Todos sabemos la cantidad enorme de talento, esfuerzo y
dedicación que requiere la tarea de sacar todos los días un periódico que nos
permita enterarnos, mientras nos desayunamos, de todo lo que pasa en el mundo.
También sabemos, que el periodismo actual supone una cantidad tremenda de
conocimientos técnicos y que utiliza adelantos científicos que francamente no
nos caben en la cabeza. También es sabido que la prensa es una fuerza
poderosísima y uno de los motores de la sociedad moderna. El lector de
periódicos, en cambio, es un personaje relativamente olvidado. Se le considera
globalmente, en masa: es la opinión pública y, al mismo tiempo, el consumidor.
Pero los efectos que puede tener en una persona la lectura diaria de un
periódico han sido poco estudiados.
Estoy convencido que estos efectos
serán algún día tema de investigación de alguno de esos institutos
norteamericanos que ya han descubierto que fumar es mortal y que casi todos los
alimentos que comemos son venenosos.
Tengo la certeza de que dentro de poco tiempo se descubrirá que leer
periódicos es una de las causas del enfisema pulmonar. Es por eso que le
escribo este homenaje a ese héroe olvidado: el lector cotidiano de periódicos”.
Jorge Ibargüengoitia
Revolución
en el jardín
“Estoy aburridísimo. Tan aburrido como
cualquier lector de periódicos”.
Luis Bagaría
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