“Los periódicos deberían hacerlos en
pergamino. Saldríamos ganando todos, lo mismo que si se pudiera volver a retar
en duelo a los periodistas, y no duelos a primera sangre, no, duelos a muerte”.
Andrés Trapiello
“El arca de las palabras”
“Había empezado a llover y se oyó
algún trueno. Pittaluga desinfectó las puntas romas de los sables y el juez
dijo que al grito de ¡en guardia!, debían quedarse quietos, al de ¡avancen! debía
empezar el combate, y al de ¡alto!, parar en seco por su honor. Se situaron de
manera que puestos los sables horizontalmente quedaba medio metro entre las
puntas. Se oyó la primera voz y [Nicolás María de] Urgoiti se colocó como
acababa de aprender, en guardia alta. A la voz de ¡avancen, caballeros!, sin
encomendarse a Dios ni al diablo y recordando su única lección, dio un golpe
hacia el sable contrario y se lanzó impetuosamente tirando golpes a la cabeza
de [Miguel] Moya. Al mismo tiempo, comenzó a recibirlos él también en la cabeza
y en los hombros, pues había abandonado la guardia; fueron golpes numerosos
pero con escasa fuerza, y enseguida se encontró tocando con el cuerpo de Moya, momento
en el que el juez, dando el grito de ¡alto! se lanzó en medio de los
contendientes con sus dos sables, separándolos.
Urgoiti se detuvo. No sólo no había
retrocedido, sino que había avanzado. Estaba satisfecho de sí mismo. Volvió a
su sitio y quiso intervenir el médico, pero le dijo que no hacía falta porque no
tenía nada. Los padrinos deliberaron y dieron por terminado el lance. Invitaron
a los contendientes a reconciliarse, cosa que Urgoiti hizo con mucho gusto.
Ambos empezaron a charlar, recordando el viaje de San Sebastián a Madrid en el
que se conocieron. Urgoiti preguntó a Moya por la salud de su padre, y se
interesó por si le había hecho algo. Moya le confesó que esperaba no tener que
verse otra vez con él, y Urgoiti no pudo por menos de excusar su ímpetu ya que,
al no saber esgrima, sólo le cabía atacar sin defenderse”.
Mercedes Cabrera
La
industria, la prensa y la política.
Nicolás María de Urgoiti (1869-1951)
Nicolás María de Urgoiti (1869-1951)
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