El sobaco ilustrado




El recuerdo que guarda Manuel de Lope ha adquirido la pátina broncínea de una reliquia: “Hay que decir que los más fieles iban a esperar a la novia con la revista debajo del brazo, y es probable que fueran más fieles a la revista que a la novia. Eran los tiempos en que comprábamos en el Rastro Levis de contrabando, íbamos a sacarnos unos duros vendiendo un cuarto de litro de sangre en el Hospital Clínico y desafiábamos a la moda con la moda de vestir cazadoras militares de la base de Torrejón de Ardoz. Y éramos lectores de Triunfo”. En efecto, la revista revestía, tanto o más que los jeans y la chupa, como bien advirtió Manuel Vázquez Montalbán: “Triunfo significaba una seña de identidad y de significación que me recordaba una película que había visto en mi infancia, creo que protagonizada por Frederic March y Claudette Colbert, en la que los cristianos, cuando se encuentran en Roma, se reconocen haciendo crucecitas en la arena o dibujando un pececito. Creo que en muchos lugares de España llevar Triunfo debajo del brazo era una manera de reconocerse y pensar que no se estaba solo”. Hasta que, en elocuente concisión de Manuel de Lope, “su energía fue engullida y dispersada”.

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