El afán contable es uno de los instintos primarios del
periodismo. Encomendada la misión de dar publicidad a la regia magnificencia del
hotel, el periodista, obediente al resorte irracional, echa mano de las cifras:
15.000.000 de pesetas han costado las obras de un establecimiento que posee 800
habitaciones con salón de baño, toilette y teléfono, un bar con 60 billares y,
en las bodegas, vinos por valor de 1.200.000 francos. El puntilloso libro de
cuentas incluirá en el debe los cuatro árboles talados para facilitar la
llegaba de los autos de los clientes hasta la misma entrada del hotel. Solo en
raras ocasiones el periodismo se libera del instinto y se entrega a la
intuición. Lástima que el periodismo, la ciudad y el hotel no se hayan
consagrado a la tarea de cumplir la intuición poética y futurista que Corpus
Barga recogió en el artículo “Madrid, cinematográfico”:
“Cuando se presentaba a los príncipes las ciudades en la
palma de la mano, los pintores pintaban ciudades lineales, cerradas, quietas,
con sus murallas, acaso subrayadas por el supuesto movimiento de un río.
Después la pintura, como los príncipes de leyenda, ha ido entrando en la
realidad, en la conquista de la ciudad y del paisaje. El paisaje ciudadano ha
llegado a ser un motivo pictórico. Costumbrista. Realista. Dramático. Social.
Impresionista. Cubista. Ahora el paisaje ciudadano lo vemos desde el punto de
vista cinematográfico.
En Madrid, desde la plaza de la Independencia, calle de
Alcalá abajo, cuando se empiezan a encender las luces. La otra rampa de la
calle Alcalá, que sube desde la Cibeles, brilla todavía trémula con sus
diferentes fuegos: unos, fijos e intermitentes; otros, continuos y vagos. El
parque de Buenavista es una sombra, y detrás se levanta un palacio de
estrellas: la Telefónica. ¿Qué ciudad es Madrid? ¿Una ciudad al borde del mar,
en lo alto de una montaña?
Es una ciudad para que llegue en avión a la terraza del Palace Greta Garbo con
una misión secreta y para que se pare ante un escaparate Charlie Chaplin”.
Luz. Diario de la República
28 de enero de 1932
Fotografía: Collage publicado por la revista La Esfera (18 de diciembre de 1920).
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