Deogracias Gratis et Amore (VIII)






«Otra redacción que frecuenté por entonces fue la de La Revista Nueva, que creo que se fundó en 1899.
Este año, Luis Ruiz Contreras me invitó a tomar parte en esa revista como socio y como redactor. Yo, al principio, rehusé.
­­­–¿Es que quiere usted abandonar la literatura? – me preguntó.
–Por lo menos, el periodismo no me importaría nada dejarlo; para lo que da, me parece que sería lo más prudente.
Insistió varias veces, y quedamos de acuerdo en que yo escribiría y daría algún dinero, no mucho, porque no lo tenía, y el periódico se costearía entre varios: Ruiz Contreras, Gonzalo Reparaz, el maestro Lassalle y el novelista José María Matheu y yo. Matheu era una excelente persona, y estaba dispuesto a trabajar y a pagar. Los demás eran cucos que tenían su plan. […]
Pagué yo dos o tres plazos de mi cuota de La Revista Nueva; llevé algún mueble y algunos grabados que procedían de la Sociedad de Acuarelistas, que estaba en mi misma casa, y que los habían abandonado, dejándolos en el patio, hasta que me pareció una primada demasiado fuerte el tener que pagar por publicar artículos, pudiendo publicarlos en otro lado, por lo menos, gratis.
Además, ocurría que otros escribían en la revista naturalmente sin pagar nada, y además eran solicitados.
Al no querer pagar más, Ruiz Contreras me advirtió que algunos socios, entre ellos el señor Icaza, que había sustituido al señor Reparaz, decían que si yo no daba mi parte alícuota, no debía seguir colaborando en la revista.
–¡Ah, muy bien! No escribiré –y dejé de escribir».

Pío Baroja
Desde la última vuelta del camino
Memorias. Final del siglo XIX y principios del XX
(Caro Raggio, 1982, pp. 82-83)

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