Acróstico



La Nación, órgano oficioso de la dictadura de Primo de Rivera en el que escribían Vicente Gay, José María Pemán, Ramiro de Maeztu o José Pemartín, publicó en abril de 1929 este soneto:

«Paladín de la Patria redimida,
Recio soldado que pelea y canta,
Ira de Dios que cuando azota es santa,
Místico rayo que al matar es vida.

Otra es España, a tu virtud rendida;
Ella es feliz bajo tu noble planta;
Sólo el hampón, que en odio se amamanta,
Blasfema ante tu frente esclarecida.

Otro es el mundo ante la España nueva;
Rencores viejos de la Edad medieva
Rompió tu lanza, que a los viles trunca.

Ahora está en paz tu grey bajo el amado
Chorro de luz de tu inmortal cayado.
¡Oh, pastor santo! ¡No nos dejes nunca!»

Los encomiásticos versos estaban firmados por un nombre femenino, pero eran del revoltoso abogado José Antonio Balbotín. Había conseguido colar el acróstico: «Primo es borracho». Cuando la dictadura lo advierte, ordena retirar de la venta todos los ejemplares de la edición del día. Pero era demasiado tarde: todos ríen la chufla durante semanas. Y La Nación se ve obligada a quitar hierro al asunto:

 


Unos dicen que vuelve la moda y El Corte Inglés, que ya es primavera.

2 comentarios:

Alberto dijo...

Estaba buscando libros de "El caballero audaz" y me he topado con una foto de twitter que me ha acabado trayendo hasta aquí. Me apunto el blog en favoritos. Saúdos :)

Lieschen dijo...

Muchísimas gracias, Alberto. ¡Bienvenido! :D