Plumas y pullas (LXXIX)





“Nuestros mejores periódicos cuentan con grandes colaboradores, pero con pequeños corresponsales. A menudo un rotativo deja gustoso que uno de sus articulistas se remonte y llegue hasta las primeras causas metafísicas o las más lejanas consecuencias teóricas. Lo que no hace nunca es darle 20.000 pesetas a un enviado especial para que vaya a China y desde allí cablegrafíe qué demonios ocurre”.

Agustí Calvet, Gaziel
La Vanguardia, 18 de febrero de 1927


“Repasad la inmensa mayoría de los periódicos españoles. La importancia de sus informaciones está en razón inversa de su universalidad. Cuanto más local es una noticia, un suceso cualquiera, tanto más atención se le presta; y la minuciosidad del relato, el detallismo, la abundancia informativa, la seguridad de las fuentes, van disminuyendo a medida que aumenta la trascendencia humana e internacional del hecho. Lo más cuidado de los periódicos españoles es la gaceta local: riñas vulgares, conflictos de callejuela, mordiscos de perros, hazañas de toreros, éxitos de cupletistas, veladas necrológicas y accidentes de arroyo. Luego vienen los chismes municipales y regionales: escandalosas secciones de Ayuntamientos y Diputaciones, relatadas en tres y cuatro columnas, con todos los discursos, incidentes, interrupciones, broncas, aplausos y campanillazos a que dieron lugar. Después, los chismes políticos nacionales: se dice…, se murmura…, una personalidad ha asegurado…, maniobras rastreras, chistes de ministros, conversaciones de antecámaras y pasillos, predicciones de crisis, etc., etc. Y, por fin, una sección de noticias del extranjero, completamente alquiladas […]
Este asilamiento tan propicio a la mixtificación, es la mayor vergüenza del periodismo español y una de las más lamentables pruebas de la decadencia patria”.

Agustí Calvet, Gaziel
La Vanguardia, 25 de octubre de 1922


Fotografía de Carl Mydans: La corresponsal Marguerite Higgins en Corea (octubre de 1950). 

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