Plumas y pullas (LXXXIV)




“En esta te hablaré de cierta nación que llaman los nouvellistes, los cuales se juntan en un magnífico jardín donde siempre halla ocupación su ociosidad. Estos son los miembros más inútiles del estado, y cincuenta años de sus habladurías han producido el mismo efecto que hubiera resultado de cincuenta de silencio; y no obstante se creen sujetos de importancia porque discurren sobre magníficos proyectos y ventilan los mayores intereses.
Es el fundamento de sus conversaciones una frívola y risible curiosidad; no hay tan secreto gabinete que no presuman penetrarle; no pueden creer que ignoran cosa ninguna; saben cuantas mujeres tiene nuestro magnífico sultán, cuantos chiquillos les hace cada año; y sin gastar nada en espías, están al cabo de las medidas que toma para ajar la soberbia de los emperadores de la Hurquía y el Gran-Mogol.
No bien han concluido con lo presente cuando se lanzan en el tiempo venidero, y tomando la delantera a la Providencia se sustituyen a ella en todas las acciones humanas. Cogen de la mano a un general alabándole por mil disparates que no ha hecho, le prescriben otros mil que no hará tampoco. Lo mismo hacen volar los ejércitos que grullas, y derriban murallas como pedazos de cartón; y tienden puentes en todos los ríos, sendas ocultas en todos los montes y almacenes inmensos en desiertos arenales; lo que no tienen es sentido común”.

Montesquieu
“Carta CXXX”
Cartas persas

 

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