Un elemento que compartió aquella generación de periodistas a la que pertenecía Xammar fue el sombrero. Fue la última que utilizó aquella prenda para cubrir la cabeza y abrigar el estilo. Además, todos sus miembros, cronistas entre dos épocas y dos mundos, escribieron la elegía sobre la prenda cuando advirtieron que caía en desuso. Piénsese bien y se observará que este asunto del “sinsombrerismo” tiene mucha más enjundia y mayor potencia metafórica que ese del “sincorbatismo” que ocupa estos días a los periódicos.
Vuelvo hacia atrás y me enredo pensando si no será que los periodistas no podemos quitarnos el sombrero en gesto de respeto ante Xammar y sus compañeros por la sencilla razón de que ya no estilamos llevarlo puesto.
Vuelvo hacia atrás y me enredo pensando si no será que los periodistas no podemos quitarnos el sombrero en gesto de respeto ante Xammar y sus compañeros por la sencilla razón de que ya no estilamos llevarlo puesto.
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