Plumas y pullas (LXXXIX)




“Cuando la señora Woltersheim le leyó [al abogado Blorna] por teléfono el artículo del PERIÓDICO DEL DOMINGO no se fió –como suele decirse– de sus sentidos (en este caso de un sentido concreto: el oído), y se hizo leer otra vez el texto. Luego, estalló. Gritó, buscó en la cocina una botella vacía, la encontró y corrió con ella al garaje, donde, para su suerte, encontró a su mujer, quien le impidió confeccionar un auténtico cóctel Molotov, que se proponía arrojar a la redacción del PERIÓDICO […]. Conviene reflexionar sobre el asunto: un hombre de cuarenta y dos años, con formación académica, que desde hacía siete años contaba con el respeto de Lüding y de Sträubleder por su manera clara y realista de conducir las negociaciones a nivel internacional en el Brasil, en la Arabia Saudí, en Irlanda del Norte; o sea, que de ningún modo se trataba de un provinciano, sino de un hombre absolutamente cosmopolita. Pues bien: esta persona era la que se proponía confeccionar un cóctel Molotov”.

Heinrich Böll
El honor perdido de Katharina Blum.
O cómo surge la violencia y adónde puede conducir


Fotografía de Margaret Bourke-White (1946): Mahatma Gandhi sometiendo sus convicciones pacifistas a la prueba más comprometida, la lectura de la prensa.

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